Natalia González Ramírez
Marta Pérez Ortega
1.
a)
Explicar el origen del discurso/paradigma de la educación por
competencias
El discurso de
las competencias que, como motor del cambio educativo, recorre las políticas
formativas occidentales, es preciso situarlo dentro del proceso de
reestructuración de las sociedades contemporáneas occidentales, motivado por
los cambios asociados a la globalización, las nuevas tecnologías de la sociedad
de la información y la creciente multiculturalidad.
El paradigma
basado en competencias trata de definir y adquirir destrezas y saberes que
hagan a las empresas competitivas, de un interés por la persona y el bien
colectivo se pasa a una interpretación que prima
el interés privado y competitivo. Es evidente que una pedagogía sustentada
sobre las competencias (saber hacer y saber ser) y no sobre el conocimiento
(saberes), se propone como centro del proceso
educativo no la formación de un trabajador especializado o profesional en
un área específica, sino de un asalariado dúctil, un utility. Teniendo en cuenta esta definición, no parece
extraño que el origen de este paradigma debamos situarlo en el ámbito
empresarial.
En términos educativos se empieza a hablar
de competencias en el año 1992, cuando una comisión del Ministerio del Trabajo
de Estados Unidos (comisión SCANS –The Secretaries Commission on Achieving
Necessary Skills-) determina un conjunto de destrezas que deben ser
adquiridas tempranamente en el sistema educativo para hacer frente a las
exigencias del cambiante mundo del trabajo, es decir, en los años 90 comienzan
a desarrollarse modelos educativos basados en competencias como respuesta a las
demandas que la sociedad hace a la escuela para formar ciudadanos y ciudadanas
capaces de integrarse con éxito en la sociedad y responder a las necesidades
empresariales y económicas. La educación se vuelve, así, aún más dependiente de
las demandas de un tipo de sistema social y económico determinado.
Más tarde, en el año 1996, la comisión de
educación para el siglo XXI de la Organización de las Naciones Unidas para la
Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) publica el informe Delors, en el cual se considera a la educación como una
herramienta necesaria para la materialización de las reformas, que será
necesario implementar en el área de recursos humanos para que los trabajadores
se preparen frente a la globalización.
Por otra parte la OCDE, a través del Proyecto
DeSeCo2 (Definición y Selección de Competencias 1996-2006) realiza un
estudio en doce países, para determinar las competencias clave (key
competencies) para una vida próspera y para una sociedad con buen
funcionamiento, con el fin de establecer un marco para su evaluación definiendo
el término competencia y señalando sus rasgos básicos. Además, de forma
paralela la Unión Europea en marzo del año 2000, desde el Consejo Europeo de Lisboa, marca un objetivo estratégico para el
año 2010 que es llegar a ser “la economía basada en el conocimiento más
competitiva y dinámica del mundo capaz de tener un crecimiento económico
sostenible con más y mejores trabajos y con una mayor cohesión social”.
Más tarde, en
el año 2004 la Dirección General de
Educación y Cultura, y en el marco de la propuesta del Programa de Trabajo
“Educación y Formación 2010”, la Unión Europea da a conocer un documento en el
que además de la definición semántica de las competencias se aportan
definiciones operacionales.
Por su parte, la LOE, fiel al compromiso con los
objetivos de la Unión Europea para el 2010, plantea la educación como un
proceso a lo largo de toda la vida e incluye las competencias entre los
componentes del currículo, por cuanto deben “permitir caracterizar de manera
precisa la educación que deben recibir los estudiantes”. Es así como siguiendo
la recomendación del Parlamento Europeo y del Consejo sobre las competencias
clave para el aprendizaje permanente (2006), España, al igual que otros países
de la Unión Europea, toma como referencia las ocho competencias clave que se
consideran necesarias para el aprendizaje permanente y las adaptan a su
contexto.
Otros antecedentes del enfoque de
competencias se encuentran en la Declaración
de Bolonia, firmada por los ministros europeos de educación (Andrade
Cázares, 2008).
b)
Explicar la relación de la aparición de dicho discurso/paradigma
con la sociedad de la información.
La expresión
‘Sociedad de la Información y el Conocimiento’ recoge diversos procesos de
transformación, como la globalización económica y el advenimiento de una
‘sociedad del riesgo’, la ubicuidad de las tecnologías y el fácil acceso a la
información, la economía basada en el conocimiento y los cambios en la
estructura del mercado laboral. El concepto de Sociedad de la Información
surgió con posterioridad a la incorporación paulatina de las TIC a la
enseñanza. Como sabemos, a través de los discursos y condiciones de los
organismos internacionales (OCDE, Banco Mundial, Banco Interamericano de
Desarrollo y Unesco, entre otros), la SI fue promovida como un nuevo modelo de
progreso para las naciones menos desarrolladas. El espíritu de ese discurso ve
en la educación un medio y un fin para alcanzar la SI, por lo que programas nacionales
prontamente se adhieren a esas propuestas y las plasman en acciones tendentes a
acortar la brecha digital.
En este
contexto es posible afirmar que el vínculo de la educación con la SI, aunque se
inició por vías institucionales, no llegó a concretarse en ese ámbito. Por el
contrario, está recorriendo en libertad el camino hacia su creciente
mercantilización e industrialización, de la mano de nuevos actores e
instituciones de enseñanza que buscan extraer la mayor ganancia de esta
generación tecnológica La sociedad
actual, basada en el capitalismo necesita refundar la escuela y su proyecto
educativo, porque él ya cambió los fundamentos de su sociedad, de su cultura,
de su proyecto de desarrollo y del ser humano, es decir, su proyecto ha sido
transformado desde la ciencia y la tecnología. Los nuevos trabajadores
deben ser formados en consideración a los nuevos sistemas de organización
productiva y en relación con las demandas crecientes por conocimiento y manejo
de tecnologías cada vez más sofisticadas en los lugares de trabajo.
La sociedad de la información y del
conocimiento dirige a la educación demandas distintas de las tradicionales,
claramente relacionadas con el desarrollo en todos los ciudadanos de la
capacidad de aprender a lo largo de toda la vida. Dicho de otro modo, el
problema no es ya la cantidad de información que los estudiantes reciben, sino
la calidad de la misma: la capacidad para entenderla, procesarla,
seleccionarla, organizarla y transformarla en conocimiento; así como la
capacidad de aplicarla a las diferentes situaciones y contextos en virtud de
los valores e intenciones de los propios proyectos personales y sociales.
Así pues, lo que se planteaba como una
alternativa a la educación tradicional (largamente cuestionada por su
memorismo, su enciclopedismo) puede ser la promesa de una “educación bancaria”
extendida hoy a escala planetaria (Torres, 2001).
2.
Explica cómo se ha ido incorporando la educación por competencias en nuestra
legislación educativa.
Las
competencias básicas son la forma en la que cualquier persona utiliza sus
recursos personales para actuar de manera activa y responsable en la
construcción de su proyecto de vida tanto personal como social. El conjunto de
competencias básicas constituyen los aprendizajes imprescindibles para llevar
una vida plena. Para que una competencia pueda ser seleccionada como clave o
esencial, DeSeCo considera que debería cumplir tres condiciones: contribuir a
obtener resultados de alto valor personal o social, ser aplicable a un amplio
abanico de contextos y ámbitos relevantes y permitir a las personas que la
adquieren, superar con éxito exigencias complejas. Es decir, las competencias
son básicas o clave cuando son beneficiosas para la totalidad de la población,
independientemente del sexo, la condición social y cultural y el entorno
familiar. Así pues, las competencias básicas deben estar orientadas a facilitar
el máximo grado de desarrollo de las capacidades potenciales de cada persona y
a la posibilidad de generar aprendizaje a lo largo de la vida. Las competencias
clave deberían ser transferibles, y por tanto aplicables en muchas situaciones
y contextos, y multifuncionales, en tanto que pueden ser utilizadas para lograr
diversos objetivos, para resolver diferentes tipos de problemas y para llevar a
cabo diferentes tipos de tareas.
La
enseñanza por competencias requiere partir de un aprendizaje en el que la
persona ha de realizar unas tareas concretas en un contexto determinado con el
fin de adquirir, a través de ellas, unas competencias básicas para su
desarrollo personal a lo largo de la vida.
La LOE, curso 2006-2007, y su desarrollo a través del Decreto 1513/2006
introducen un nuevo concepto, las competencias básicas, o aspectos que se
deberán adquirir en la enseñanza básica y a cuyo logro deberán contribuir todas
las áreas curriculares de la educación Primaria.
Las competencias básicas permiten
identificar aquellos aprendizajes que se consideran imprescindibles desde un
planteamiento integrador y orientados a la aplicación de los saberes
adquiridos. Su logro deberá capacitar a los alumnos y alumnas para su
realización personal, el ejercicio de la ciudadanía activa, la incorporación a
la vida adulta de manera satisfactoria y el desarrollo de un aprendizaje
permanente a lo largo de la vida.
Las competencias básicas son las
siguientes:
●
Competencia en comunicación lingüística.
●
Competencia matemática.
●
Competencia en el conocimiento y la interacción con el
mundo físico.
●
Tratamiento de la información y competencia digital.
●
Competencia social y ciudadana.
●
Competencia cultural y artística.
●
Competencia para aprender a aprender.
●
Autonomía e iniciativa personal.
Se destaca igualmente que la lectura
constituirá un factor fundamental para el desarrollo de las competencias
básicas.
La implantación de la LOMCE ha implicado
muchos cambios. Uno de ellos es la modificación de las ocho competencias
básicas del currículo, que pasan a ser siete y a denominarse competencias
clave. La nueva ley renombra ligeramente algunas de las anteriores, aúna las
relativas al mundo científico y matemático, y elimina la autonomía personal
para sustituirla por sentido de iniciativa y espíritu emprendedor. De este
modo, se ajusta al marco de referencia europeo.
1. Competencia en
comunicación lingüística. Se refiere a la
habilidad para utilizar la lengua, expresar ideas e interactuar con otras
personas de manera oral o escrita.
2. Competencia
matemática y competencias básicas en ciencia y tecnología. La primera alude a las capacidades para aplicar el
razonamiento matemático para resolver cuestiones de la vida cotidiana; la
competencia en ciencia se centra en las habilidades para utilizar los
conocimientos y metodología científicos para explicar la realidad que nos
rodea; y la competencia tecnológica, en
cómo aplicar estos conocimientos y métodos para dar respuesta a los deseos y
necesidades humanos.
3. Competencia
digital. Implica el uso
seguro y crítico de las TIC para obtener, analizar, producir e intercambiar
información.
4. Aprender a
aprender. Es una de las principales competencias, ya que implica que el alumno
desarrolle su capacidad para iniciar el aprendizaje y persistir en él,
organizar sus tareas y tiempo, y trabajar de manera individual o colaborativa
para conseguir un objetivo.
5. Competencias
sociales y cívicas. Hacen referencia a
las capacidades para relacionarse con las personas y participar de manera
activa, participativa y democrática en la vida social y cívica.
6. Sentido de la
iniciativa y espíritu emprendedor. Implica las
habilidades necesarias para convertir las ideas en actos, como la creatividad o
las capacidades para asumir riesgos y planificar y gestionar proyectos.
7. Conciencia y
expresiones culturales. Hace referencia a
la capacidad para apreciar la importancia de la expresión a través de la
música, las artes plásticas y escénicas o la literatura.
Bibliografía
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enfoque por competencias en educación. Ideas
CONCYTEG. 3 (38) 53-64.
Definición y Selección de las
Competencias (DeSeCo): Fundamentos teóricos y conceptuales de las competencias.
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Estrada M, John H. (2012). La
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Torres, C. A. (2001). Democracia, educación y multiculturalismo:
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