jueves, 4 de febrero de 2016

Actividad 1.1


  1. Explica de forma sencilla y clara las diferencias y la relación entre sistema político, sistema electoral y sistema de partidos. Describe brevemente los principales rasgos del sistema político español.

Cuando hablamos de sistema político, nos referimos al conjunto de instituciones, de grupos y de procesos políticos, caracterizados por cierto grado de interdependencia recíproca. Hay dos características que diferencian claramente al sistema político de todo otro sistema social: su universalidad (abarca a todos los individuos que forman la sociedad) y su condición de árbitro final de las situaciones sociales. Según Duverger existen varios tipos de sistemas políticos:
Sistema Liberal
Sistema Socialista
Democracia Socialista

Democracia Liberal
Sistema Capitalista
Dictadura Socialista
Régimen autoritario Capitalista
Sistema autoritario

El sistema electoral es el conjunto de medios a través de los cuales la voluntad de los ciudadanos se transforma en órganos de gobierno o de representación política. Existen varios tipos: 
  • Sistema de mayoría simple: el candidato que obtiene mayor número de votos gana, incluso si no alcanza la mayoría absoluta.
  • Sistema de mayoría absoluta: cuando alguno de los candidatos ha alcanzado al menos el 50% más uno de los votos. 
  • Sistema de representación proporcional: asignando a cada partido tantos representantes como correspondan a la proporción de su fuerza electoral.
  • sistemas mixtos. Mezclan elementos de los mecanismos de mayoría y de representación proporcional .

El sistema de partidos es la instancia mediadora de comunicación entre la sociedad y su gobierno. Las principales funciones de un sistema de partidos son : confrontación de opciones, lucha democrática por el poder, obtención legítima de cargos de representación y de gobierno y, finalmente, ejercicio democrático y legítimo de las facultades legislativas.

Si bien el concepto sistema político es un concepto más amplio en el que se podrían incluir tanto el concepto de sistema electoral como el de sistema de partidos, estos tres conceptos guardan una estrecha relación entre sí. Por un lado los partidos y sus parlamentarios, elegidos bajo un sistema electoral determinado, son actores que inciden en la conformación de las alianzas, así como en los grados de gobernabilidad del sistema en su conjunto. Esto tiene importantes consecuencias ya que los partidos, representados en los órganos parlamentarios deciden si una fórmula electoral debe conservarse o modificarse, así, el legislador puede manipular determinado sistema electoral que, en teoría, debe producir determinados efectos políticos (por eso, la reforma a los sistemas electorales continúa siendo un tema delicado, y la tentación de hacer modificaciones, que eventualmente favorezcan a sus partidos termina, casi siempre, en propuestas relativamente conservadoras, que preservan la estructura que ha probado producir ciertos resultados).
A continuación se describen las principales características del sistema político español que sirven tanto para ejemplificar los tres conceptos anteriormente descritos así como la interrelación entre ellos. En 1978 se aprueba la Constitución Española que establece la organización institucional de España y encabeza nuestro sistema legal. La Constitución española indica nuestros derechos y deberes. También establece nuestra forma de gobierno, la monarquía parlamentaria. La monarquía parlamentaria establece que el poder reside en el pueblo, que lo ejerce a través de sus representantes en el Parlamento. Por tanto, es el Parlamento y no el Rey quien dirige la política española. El Parlamento español recibe el nombre de Cortes Generales. Las Cortes elaboran las leyes y proponen al Presidente del Gobierno. Las Cortes son elegidas por los votos de los ciudadanos, y por eso nuestro sistema político es democrático.

2. Explica de forma sencilla y clara los distintos significados que se pueden atribuir al concepto de democracia.
El término "democracia" es complejo, a veces lo utilizamos para referirnos a una forma de gobierno ; otras, indicamos con él una forma de sociedad.
La democracia como forma de gobierno se define como el gobierno del pueblo o de la mayoría, es el gobierno de los iguales, pues es la primera forma de gobierno en la que el poder político no pertenece a una minoría sino a todos, sin importar sus diferencias, a través de la alternancia en el ejercicio de los cargos. Por medio de la participación directa (las decisiones y el gobierno lo tiene directamente el pueblo) o indirecta (ejerce a través de representantes), el pueblo selecciona a sus gobernantes.

La democracia como forma de sociedad es un fenómeno específicamente moderno que surge de la de la voluntad de los hombres para ser iguales, de tal manera que toda diferencia -de cualquier orden: político, económico, de ideas, de opiniones, etc.- resulte inmoral e injusta.


3. En qué tenemos que fijarnos para valorar si una sociedad es más o menos democrática que otra.
Aunque existen diferencias entre los distintos modelos democráticos, hay algunos rasgos generales que comparten y que pueden servirnos para discernir cuando una sociedad está siendo más o menos democrática:
  • Bienestar. Se considera que los ciudadanos viven en un Estado del bienestar cuando el Estado otorga a todos los ciudadanos y ciudadanas prestaciones sociales tales como la sanidad, la educación, la vivienda, las pensiones de jubilación y de desempleo…
  • Igualdad. En las sociedades democráticas, se da una real igualdad de participación entre todos los ciudadanos y las ciudadanas, pues todos tienen derecho a voto. Deben cumplirse unas mínimas condiciones para que la ciudadanía pueda formarse una opinión (educación, acceso a la información...) y emitirla (conciencia de los propios derechos).
  • Deliberación. Las decisiones políticas son fruto del consenso.
  • Autonomía. La participación política de los ciudadanos y ciudadanas. El voto que emita influirá en la política del Estado en el que vive.
En síntesis, mientras que en los regímenes democráticos se da la existencia de sufragio universal, el desarrollo de elecciones libres, competitivas, periódicas y imparciales (no caciquismos), la libertad de expresión, medios de información distintos y alternativos, en los regímenes no democráticos se incumplen alguna de las 4 premisas anteriores.




4. En qué tenemos que fijarnos para valorar si un centro educativo es más o menos democrático que otro:
Las escuelas democráticas se caracterizan porque todos los que están implicados directamente en la escuela tienen derecho a participar en el proceso de toma de decisiones, se incluyen no sólo a los educadores profesionales, sino también a los jóvenes, a sus padres y a otros miembros de la comunidad escolar.
Para considerar una escuela democrática es necesario atender a dos de sus elementos: las estructuras y procesos democráticos mediante los cuales se configure la vida en la escuela y el currículum. Encontramos que este tipo de comunidades incluyen a personas que reflejan las diferencias en la edad, la cultura, el origen étnico, el género, la clase socioeconómica, las aspiraciones y las capacidades. Otorgan importancia a la cooperación y la colaboración, más que a la competición. Intentan, poner de relieve constantemente la igualdad tanto en las estructuras como en las decisiones de política que las apoyan. Tratan de extender la democracia a todos los ámbitos, entienden que lo que ocurre en la escuela es producto de las condiciones sociales que la rodean y por tanto, reconocer y combatir estas, incrementarán las probabilidades de tener un efecto duradero en la vida de los niños, los educadores y las comunidades a las que las escuelas atienden. Respecto al currículum, se apuesta por la diversidad, el acceso a una gran variedad de información y el derecho de los que tienen distinta opinión a que se oigan sus puntos de vista.
Por tanto, teniendo en cuenta que la democracia valora la diversidad, podemos diferenciar una escuela democrática de una escuela no democrática en función de la igualdad de oportunidades que ofrezca.  Un número excesivo de escuelas consideradas democráticas reflejan generosamente los intereses y las aspiraciones de los grupos más poderosos e ignoran los de los menos poderosos. están plagadas de estructuras como el encauzamiento y el agrupamiento por capacidades, que niegan la igualdad de oportunidades y de resultados a muchos, particularmente a los pobres, a las personas de color y a las mujeres.
5. Opinión personal: Esta actividad me ha servido para darme cuenta de la escasa cultura política que tenía. Conceptos tan elementales como sistema de partidos o sistema político me eran completamente ajenos. Los jóvenes continuamente nos quejamos de la situación actual, de la crisis, de la falta de trabajo y de oportunidades, pero pocas veces nos preguntamos el porqué de lo que está ocurriendo. Empezar a familiarizarnos con conceptos e ideas políticas básicas es fundamental para empezar a crear conciencia política y desarrollar el pensamiento crítico. Tener argumentos sólidos que justifiquen nuestras decisiones como ciudadanos garantizará que no se repitan errores del pasado, que no sigan convenciendonos con mera palabrería. Pocas veces nos paramos a pensar en los mensajes políticos, en el trasfondo de las cuestiones que día a día ocurren en nuestra sociedad y creo que es momento de que los que hoy somos el futuro, nos atrevamos a pensar. Estamos acostumbrados a que nos den todo ‘’masticado’’, pocas veces cribamos la información, asentimos y nos creemos todo sin contrastar a riesgo de que nos engañen. Tenemos en nuestras manos la posibilidad de ampliar nuestras miras, de verificar que si lo que nos cuentan en los periódicos responde a la realidad social o a meros intereses políticos, es el momento de interesarnos por ello.







Bibliografía

Beane, M. W. A. J. A., & Apple, M. (2002). Escuelas democráticas. Madrid: Morata.
Dahl, R. A. (1992). La democracia y sus críticos. Barcelona: Paidós.
García, J. B., Lanchares, J. C. C., Soto, J. L. P., & Marugán, P. R. Sistema Político Español.
Marugán, P. R. (2002). Sistema político español. Política y sociedad, 39(1), 293-297.
Nohlen, D. (1995). Elecciones y sistemas electorales. Fundación Friedrich Ebert.

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